¿ Conoces tu nivel de autoestima ?
La manera en la que nos desenvolvemos en el mundo depende en gran medida de nuestro nivel de autoestima, de cómo nos sentimos con nosotros mismos.
La valoración positiva o negativa que tenemos de nuestro propio yo define la forma en que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos, la forma en que nos enfrentamos a las dificultades y tomamos decisiones, las metas que nos proponemos y los logros que alcanzamos, influyendo de manera decisiva en nuestro grado de satisfacción en la vida.
Hay que tener en cuenta que esta valoración es totalmente subjetiva pues no está basada en nuestra inteligencia, capacidad o valía, sino en las creencias ( conscientes o inconscientes ) que tenemos acerca de nosotros mismos y que hemos ido adquiriendo a través de nuestra experiencia de vida, especialmente durante la infancia y la adolescencia.
¿ Cómo nos afecta nuestro nivel de autoestima ?
Cuando una persona tiene un bajo nivel de autoestima, no se siente válida ni capaz, vive insegura y temerosa, con tendencia al pesimismo.
Suele compararse con las personas de su entorno y en sus comparaciones se siente menos que los demás. Suele ser recelosa en sus relaciones, vive excesivamente preocupada por la opinión de los demás. Su necesidad de aprobación le impide mostrarse tal y como es por lo que evita expresar sus propias opiniones si no tiene la seguridad de que coincide con los demás.
Lejos de sentirse responsable de la situación en la que se encuentra se considera una víctima de las circunstancias o de los actos de los demás.
Su inseguridad a la hora de tomar decisiones puede acabar afectando al grado de control sobre su vida, pues suele dejarse influenciar por las opiniones de otros.
En cambio, cuando una persona tiene un adecuado nivel de autoestima se siente válida y capaz, confía en sí misma, se respeta y se acepta tal y como es.
Es optimista y se enfrenta a la vida con mayor seguridad y libertad. Se siente responsable de su situación y de sus actos, asume sus errores y aprende de ellos sin culpabilizarse.
Es más tolerante y comprensiva con los demás, por lo que suele establecer relaciones más saludables.
Se siente capaz de perseguir sus sueños y se esfuerza por alcanzarlos.
Y tú ¿ conoces cual es tu nivel de autoestima ?
¿ Necesitas mejorar tu nivel de autoestima ? Ponte manos a la obra
1.- Comienza por ser consciente de que no existen fórmulas mágicas que nos ayuden a mejorarla. Solo nosotros, con la firme intención de cambiar nuestros hábitos y actitudes, podemos generar las condiciones necesarias para alcanzar un saludable nivel de autoestima.
De nosotros depende decidir cómo queremos tratarnos. De poco nos sirve ser muy valorados y queridos por nuestra pareja, familia o amigos, si no somos capaces de sentirnos valorados y queridos por nosotros mismos.
2.- Vivir de modo consciente.
Ser consciente en el momento presente de lo que hacemos mientras lo hacemos, de lo que pensamos mientras pensamos, y de lo que sentimos cuando lo sentimos. Es importante aprender a reconocer los pensamientos, conductas y hábitos que generan nuestra auto imagen negativa.
Quienes tienen baja autoestima tienden a quedarse atrapados en un laberinto de pensamientos negativos. Observa el tipo de pensamientos que sueles tener y cómo te sientes al tenerlos.
No te preocupes por valorar el contenido de tus pensamientos ni luches contra ellos, simplemente obsérvalos para ser más consciente del tipo de discurso que sueles dedicarte.
3.- Cuida tu lenguaje
Procura no generalizar lo ocurrido en una situación concreta con expresiones del tipo “todo me sale mal”, “siempre me equivoco”, “soy idiota, siempre cometo los mismos errores”… Son frases que además de no ajustarse a la realidad son tremendamente demoledoras y no hacen otra cosa que potenciar tu imagen negativa.
Procura darte cuenta cuando te criticas de esta manera, pillándote cada vez que te hablas así. Identifica los pensamientos de crítica y desaprobación que te dedicas.
4.- Acéptate tal y como eres
Aceptarnos a nosotros mismos no significa resignarnos a ser como somos, es aceptarnos como somos aquí y ahora, de manera consciente, sin negación ni rechazo. Es reconocer la situación real en la que nos encontramos para a partir de ahí trabajar lo necesario para mejorar en el sentido que conscientemente hayamos elegido.
Podemos observar y aceptar todo aquello que hay en nosotros en este preciso momento, tanto lo que nos gusta como lo que no. Dándo valor a todo lo positivo que hay en nosotros y proponiéndonos mejorar todo lo que consideremos necesario.
No es posible trabajar para ser una persona más responsable, por ejemplo, si primero no tomo consciencia y acepto que tiendo a eludir mis responsabilidades.
5.- Cultiva la auto compasión
Cultivar la auto compasión no es más que aprender a perdonar nuestros propios errores, a ser amables y comprensivos con nosotros mismos sin juzgarnos por ellos. Desde la culpabilidad solo pueden surgir emociones y sensaciones negativas orientadas al pasado. Desde la responsabilidad suele surgir una actitud reparadora orientada al futuro.
El perdón significa aceptar lo pasado como pasado, aprender de ello, reafirmar el respeto a mí mismo en el presente y anticipar o diseñar un futuro mejor.
Cuando comprendemos y perdonamos nuestros propios errores tenemos también mayor capacidad para comprender y perdonar los de los demás.
6.- No caigas en la trampa de hacer cosas que no te apetecen para complacer a los demás
Desarrolla la capacidad de respetar y defender tus propios intereses y necesidades. Aprende a decir que no, cuando lo creas conveniente y a reivindicar tus necesidades cuando sea necesario.
Si te cuesta atender tus propias necesidades, observa qué está ocurriendo, qué sientes y piensas, qué te está frenando para poder conseguirlo.
7.- Evita compararte con los demás
No permitas que tus comparaciones con los demás determinen tu valía como persona, tus sentimientos, pensamientos o tus metas.
Antes de decidirte a compararte con los demás, ten en cuenta que cada uno de nosotros somos diferentes y hemos vivido experiencias distintas, por lo que nuestras circunstancias actuales no son comparables.
En nuestras relaciones solemos mostrar a los demás nuestra mejor versión, haciendo gala de nuestras capacidades y nuestros logros y dejando para la intimidad nuestras limitaciones y desventuras. Por tanto, antes de compararte con alguien piensa en la posibilidad de que la imagen que tienes de esa persona no se corresponda exactamente con su realidad.
Si a pesar de todo te empeñas en seguir comparándote, hazlo contigo mismo, pues si sabes de donde partes y sabes donde quieres llegar ésta es la mejor forma de comprobar que estás en línea con tus objetivos.
8.- Quiérete
Cuando aprendemos a aceptarnos y a querernos tal y como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, nos deshacemos de esa pesada carga que supone vivir intentando cumplir con las expectativas de los demás, desaparecen los conflictos y nos permitimos vernos como las personas auténticas y valiosas que somos.
Cuando nos sentimos liberados surge ante nosotros la oportunidad de marcar nuestro propio camino, de fijar nuestras propias metas y objetivos, y de propiciar las condiciones que nos ayuden a alcanzarlo.