Necesidades básicas : como ser conscientes de ellas
Somos animales
Nuestras necesidades básicas no son la felicidad. Nuestro cerebro está diseñado para hacernos sobrevivir, no para hacernos felices. Durante millones de años de evolución de las especies se han ido seleccionando a los organismos con mayor capacidad adaptativa al medio ambiente en el que se mueven.
No podemos olvidar que la base más antigua de nuestro cerebro es la que más refleja la parte automática e instintiva. Y es como la de los animales, es decir, muy emocional y poco lógica. A nuestro sistema emocional le importa más nuestra supervivencia que nuestra felicidad.
Funciones de supervivencia
Si queremos sobrevivir tenemos que realizar ciertas funciones básicas como son:
1.-
Generar y reconocer las señales internas relacionadas con necesidades básicas del cuerpo, como el hambre, el cansancio, la necesidad de seguridad, el sexo y el resguardo en un lugar seguro y habitable.
Si no somos conscientes de las sutiles señales de nuestro cuerpo relacionadas con estas funciones no seremos capaces de auto cuidarnos. Podemos esforzarnos hasta la extenuación sin conocer nuestros límites físicos. Podemos no alimentarnos adecuadamente por exceso o por defecto.
No ser conscientes de estas señales nos pone en peligro de enfermedades crónicas asociadas al estrés.
2.-
Saber cómo y donde encontrar la satisfacción de estas necesidades básicas. Podemos ser conscientes de ellas pero carecer de las habilidades para satisfacerlas.
Nuestra timidez e inseguridad puede menoscabar nuestras relaciones sociales y privarnos de alimentar nuestro lado social.
En esta sociedad compleja resulta cada vez más difícil asegurarnos el sustento económico. Por ello que debemos conocer las formas de conseguir ese apoyo económico.
3.-
Tener la motivación y energía necesarias para conseguir realizar los planes que nos llevan a satisfacer nuestras necesidades.
Todo ser humano tiene que resolver una cuestión fundamental en su vida, y es el sentido de la vida. Tenemos que construir la razón por la que seguimos adelante.
4.-
Saber reconocer las situaciones complejas y los peligros que se oponen a la consecución de nuestros objetivos. También tenemos que saber reconocer las situaciones de oportunidad que nos facilitan tales consecuciones.
Este tipo de información nos permite ahorrar esfuerzos inútiles y maximizar nuestra energía emocional.
5.-
Adaptar constantemente nuestras acciones de forma flexible a los cambios del entorno y del momento. No existen normas inamovibles para vivir. Se trata más bien de algo dinámico y cambiante.
Tenemos que darnos cuenta de que, a veces, lo que hemos aprendido ya no es adaptativo y que necesita de un desaprendizaje.
6.-
Somos sociales y por tanto debemos conseguir satisfacer nuestras necesidades dentro del grupo. Por tanto debemos tener en cuenta las necesidades de los demás.
Nuestro bienestar emocional está muy relacionado con estas funciones de supervivencia básicas. A veces nos olvidamos de ellas y nos perdemos en aspectos muy complicados de la vida, y sometemos a nuestro cuerpo a un nivel de estrés innecesario.
Abraham Maslow (1908-1970), psicólogo humanista, postuló en los años 60 su teoría de la jerarquía de las necesidades, según la cual para satisfacer necesidades de nivel superior, tales como la motivación para el crecimiento personal (nivel más alto), deben primero satisfacerse necesidades fisiológicas básicas (nivel más bajo).