Cuando nos rompemos
Todos nos hemos roto en algún momento. Raro es el ser humano adulto que no ha pasado por alguna experiencia en la que el sufrimiento ha dejado una huella que ha tardado días en desaparecer.
En estas circunstancias es fácil culpar a alguien, a tu pareja, a tu hermano, a tus padres, a tu amigo, o en el caso más doloroso, a ti mismo.
Cuando nos rompemos es cuando nuestro yo se desparrama por el suelo a pedacitos. Es el momento de estar con nosotros mismos, es el momento de cuidarnos. La metáfora es recoger los trozos, dedicar un tiempo a no enjuiciarnos, a ser amables, a estar ahí igual que estamos al lado de un hijo enfermo, no hacemos nada, no somos médicos, únicamente acompañamos en el sufrimiento esperando que se cure.
De la misma forma, nos damos un tiempo para recomponernos con paciencia, nos esperamos, nos permitimos no enjuiciarnos y nos tratamos de forma amable.